fractal

7/6/10

Palabras


Para el ciervo "León" significa muerte. Para el piojo, comida

Esto nos está diciendo que las palabras no siempre representan lo mismo para todos. Por lo cual, lo importante no es lo que dicen las palabras, sino lo que subyace detrás de las mismas. 
En estos tiempos en que las palabras están como devaluadas, las ideas que se expresan terminan siendo algo diferente. La representación de cosas totalmente dispares. 
Si a eso le sumamos fuertes niveles emocionales. El concepto emitido  será uno, el envío - representación mediante palabras - será otro y la interpretación por el escucha será algo todavía más diferente.
Habremos de ser conscientes de que la comunicación entre los personas es constante, continua, y que será mucho más enriquecedora cuando se aprende a estar alerta; cuando nos demos cuenta de lo que realmente nos están diciendo cuando nos hablan, y cuando no nos hablan. 
Llegado el caso, con silencios, con gestos, con miradas, con toques afectuosos podemos trasmitir aquello que no logramos con las palabras. 
En lo personal extraño mis silencios; aquellas épocas en que estando en buena compañia no había necesidad de llenar el aire con palabras.

Del Budismo Zen:
"No hacer hincapié en lo que hablamos, sino en el estado interior de conciencia con que nos sentimos mientras lo hacemos.
Esto hará que nuestras palabras tengan fuerza, que nuestra expresión adquiera vigor. 
No depende de gritar mucho, ni siquiera de decir cosa importantes. 
La influencia personal, la potencia del impacto de unas palabras, nace de la disposición interior  del fondo interno desde el que se proyectan y que está presente en ellas.
Si detrás de lo que se dice está toda la persona, con todas sus fuerzas y su presencia total, lo dicho se incrusta en lo más hondo del interlocutor."

Es por ello que por momentos, no importa lo que se dice sino cómo se dice, aquello que existe detrás de las palabras. 
Siempre he tratado de valorizar a las palabras, trato de no usarlas vanamente o quitándoles su valor cómo tales. Aunque a veces juego con ellas y entiendo que el lenguaje (la lengua) está en movimiento - va cambiando, según uso -.
Últimamente lo que no manejo bien es cómo las digo; a veces van con una carga de irritación, con lo cual terminan invalidadas y en otras oportunidades con una carga de indiferencia tal que les merma su efectividad.
Lo que he podido observar es que hay un cierto embotamiento y empobrecimiento en el manejo del lenguaje, y todo ello nos está llevando a una NO-comunicación entre humanos (tal vez sea una idea peregrina).
Aún así, creo en las palabras para comunicar alguna que otra idea, aunque ame los silencios. ¿Paradojico de mi parte? Tal vez. Mis mayores siempre me han dicho que los silencios "hablan"...


Clave: La ceremonia del té y la calidad de vida, Carlos Farré, Emecé Editores, 2000.