Otro.
Aquellos Padres que van con sus pequeños hijos en la falda mientras conducen. Les daría tantos puntapiés en el trasero que terminarían con las nalgas como hombreras.
No haré incapié en ciclistas que van de contramano por avenidas, ni en motociclistas que no respetan ninguna norma de transito, ni de aquellos transeúntes que cruzan la calle con luz roja para ellos y en simultáneo van hablando por teléfono celular.
¿Por qué será que el comportamiento de ciertos individuos trae aparejado pensamientos malsanos de mi parte?
¿Será que una falta en otro me hace observar mi conducta con más claridad? Reacciono ante las mías y eso me termina incomodando.
Tal vez aquello de:
Sí algo de lo que haces me irrita quiere decir que tu falta también es la mía.
Será así, nomás. Quizás sea otra cosa. Un fastidio ante lo que considero una estupidez - lisa y llana - (en su estado prístino) cuya consecuencia culminaría en un accidente o algo peor.
Hay días en que mis pensamientos me inquietan. Pero esa incomodidad - por así decirlo - no es rechazo, pues sería condenarme. Siempre pienso que no soy responsable de mis pensamientos (llegado el caso, sentimientos) sino de lo que hago con ellos. Sería absurdo enojarme por tener dichos pensamientos.
Sigo cavilando. Mi mente piensa respondiendo a una motivación, originada en el ambiente natural o en el social, o en mí mismo, y va desmenuzando esos pensamientos aleatorios, tranformándolos en analíticos.
La palabra que me viene a la mente es anomía. Parecería ser que la conducta de parte de nuestra sociedad se rige por ella.
Será mejor que deje de escribir, pues comienzo haciéndolo sobre unos pensamientos y terminaré escribiendo sobre las dificultades en la vida amorosa del cangrejo ermitaño ... Y ya que estoy resulta que ....
NOTA:
Sobre el porqué del término anomía:
Carlos Nino, en Un país al margen de la ley, señala sobre la base de la sociedad argentina una larga serie de conductas observables que configuran un conjunto social anómico: la forma en que se transita por los espacios públicos, cómo estos son cuidados, la naturalidad con que se evaden las responsabilidades cívicas (pago de impuestos, por ejemplo), la forma en que se contamina el ambiente, la extensión de la corrupción etc, testimonios todos de una sociedad abrazada a la ilegalidad entendida como falta de respeto a las normas; según Nino, el factor anómico opera por sí mismo en la generación de niveles bajos de eficiencia y productividad, y distingue tres tipos de ilegalidad diferentes:
- La mera desviación individual que ocurre cuando los individuos encuentran conveniente (para sus intereses) dejar de observar la ley (dado el probable comportamiento de otros).
- La que se presenta cuando ocurre un conflicto social que lleva a un sector a desconocer la legitimidad de la autoridad que dicta las normas en cuestión.
- La que llama anomia boba, que implica situaciones sociales en las que todos resultan perjudicados.