Cozumel - Méjico - 2011
Ya se habían hecho todas las inmersiones programadas con el grupo de buceo.
Era tiempo de descansar y salir a divertirse con el grupo. Terminó siendo una noche regular. El problema eran sus pensamientos. Esos que lo acuciaban cada vez, dejándole una sensación de vacío.
Sabía que estaba vivo. Su cuerpo lo estaba con ansias, deseos. Pero algo le estaba faltando.
Volvieron a la hostería, ella y él.
Aquí estaba ahora, luego de esa pequeña muerte indicándole la existencia de su cuerpo, muy a su pesar. Aunque su mente lo negara.
Las horas discurrieron, trató de disfrutar del leve sonido de la respiración de ella y sentir cómo se acompasaba con sus pensamientos. Era una buena compañera. No sólo de buceo, tal vez de vida. Pero ya no lo sabría.
Llegada la hora. Se levantó sigilosamente. Le escribió una nota, avisándole que iba efectuar una última inmersión. Tomó el bolso con el equipo, la miró por última vez, intentando llenar sus ojos con su imagen. Salió.
Se dirigió al bar-comedor, había pocos empleados. Era temprano, el viaje al sitio de buceo sería largo. No se sentó, ingirió de pie un jugo y una taza de café, tomando también algunas frutas.
Salió del hospedaje, al llegar al embarcadero divisó al máster de buceo, saludándolo y a los otros buceadores, esta vez desconocidos.
El barco partió. Habló poco, tratando de no hacerse notar. Iba armando el equipo, probando todo con mecánica rutina.
Llegados al sitio de inmersión, las recomendaciones finales de rigor.
Lo bueno fue que eran números impares de buceadores, por lo que una de las parejas, no sería tal, sino un trío. Siendo ya conocido por el máster, logró ser el último hombre.
Se fueron lanzando uno a uno. Dio una postrera mirada alrededor, el sol casi en su cenit, el cielo azul. Se sumergió.
Cómo siempre la ingravidez del mar, lo sosegó. Efectuó las señales correspondientes al máster y fueron sumergiéndose cada vez más.
De a poco se fue rezagando, tratando de consumir más aire de lo normal. Al llegar a la zona de las grandes corrientes – cerca de los abismos – pudo disfrutar del dejarse llevar sin moverse, con muy leves movimientos del cuerpo, como si estuviese en una cinta transportadora. Terminada la diversión, comenzó la inmersión más profunda, perdiendo de vista a los demás buzos.
El manómetro ya estaba indicando, que aire del cilindro estaba en la zona de reserva - no retorno. El profundímetro marcaba 40 metros, ya estaba solo. Comenzó a respirar más lento y forzado. Cerca de los 45 metros, reserva a cero. La asfixia.
Un nombre le vino a la mente, antes de la inconsciencia: “Agnes"
Buenos Aires – marzo 2009
© Artus Jorguín
Nota: Mi agradeciemiento a Julia por haberme ayudado a destrabar una frase y a Sura, por haber soportado la diferentes versiones e inducirme a escribir.
21 comentarios:
Escribís muy bien Artus, te felicito!
La historia es triste, eso sí.
¡Espero más cuentos!
Bicos!
Artus: para ser químico escribe muy bien(mentira, conozco a varios quimicos que escriben muy bien) me alegra que ud sea uno de ellos.
salutes
Me gusto mucho su cuento.
Espero más de estos.
Saludos.
Oh, nada que agradecer.
Muy lindo cuento. Me dió mucha pena.
besos
Buen Artus, ¿Usted necesita que lo induzcan? Come on! Si lo que hace, lo hace bien.
Esperamos nuevos relatos, de naufragos o de superhombres con poderes extramundanos.
Besos, oh Artus!
Erica
Gracias, mon amie. La razón de todo el cuento, es el final. Sin el mismo, creo q' no hubiera quedado bien.
Bicos.
Talita. Ah!, a cuántos qcos. le dirá lo mismo.... :)
Se agradece el elogio.
Saúdos.
Pili. Gracias. También, Yo, lo espero.
Saludos, damita.
Julia. Las q´ le adornan, milady. A veces los finales, deben dar pena; y eso q' no continué con el pensamiento de ella...
Besos - en cooordobés -
Vero, oh Vero!. A veces, algún acicate necesito. Estaban las ideas en un cuaderno, sin querer salir...
De náufragos puede ser; ahora de superhombres, lo dudo,...no quedan. Podrían ser supermujeres...
Besos, con gusto a pera.
Qué llamativo! El sabía que se iba a suicidar, porque lo sabía, ¿no?, y aún así, antes de hacerlo, se entregó a dos placeres: el sexo y la comida...
Me gustó!
Besos
Stella, sí lo sabía, desde q' inició el viaje lo sabía...
El sexo, vaya y pase; pero de donde salió la comida??. Me desorienté...
¿Acaso, lo supusiste por las frutas?.
Gracias, besos sin snorkel...
Es que si yo pienso en un suicida, me lo imagino preso de una angustia terrible, nervioso, asustado, deprimido..... Por eso me llamó la atención la serenidad de tu protagonista. Sabiendo que se iba a suicidar hizo el amor, dejó una nota, desayunó jugo, café, frutas y se dejó morir,
Eso nomás quise decir. Me sorprendió la, seguramente aparente, frialdad de sus actos en una situación tan al límite de la cordura.
Besos y buen finde!
...que triste!.
Pero cuanta resolucíon en tu suicida,...de una manera un tanto tetrica, le diste una bella forma de morir.
Besos
yo no me quiero morir con la panza llena he.. y menos que menos ahogada....
yo me quiero morir durmiendo.. o mejor todavia.. anestesiada!!
Killer queen. Sí, captaste q' en esa muerte hay belleza; será q' practico buceo y hay algo hermoso, en las profundidades del mar. El espíritu de este suicida es casi el de un samurái.
Besos, reina.
Moma-girl.
La rima está buena,
tanto cómo tus momas.
Mas, no es eso lo interesante,
si por mi fuera,
te besaría hasta asfixiarte...
las sales Tetè! la sales!!!
si ud se quedó sin aire
en el florido fondo del mar
que motivo le da a pensar
que un beso suyo me ha de asfixiar?
Guau!! Entrè para conocerte y aggradecerte el regalo en mi blog y en el tuyo tambièn que me emocionò hasta las làgrimas, Gracias.
Me encontrè con un texto maravilloso, sos un muy buen escritor.
Me gusta y me quedo.
Besos lascivos.
Lascivia. Agradezco el gesto y las palabras. Tus besos serán atesorados.
Gabriela-Celia
Ud. me pregunta, motivo?
Celia permítame, soñar.
Encontrándome sumergido,
pensando en su cabello aguamar.
Sin que me tome por atrevido,
en el medio del mar.
Sueño Celia, muy vívido,
poder su aliento, saborear.
Son solos SUEÑOS,
me los habrá Ud., de negar?
ay Artus, por favor, no se me vaya ud a ahogar!
Sus letras me han conmovido;
y si lo pienso, asì, sumergido
soñando con mi pelo aguamar
como un beso onìrico podríale yo negar?
chuick!
Guardaré su beso, en un cofre de lapislázuli.
Volveré a la superficie, en éxtasis
y anunciando, cual juglar:
Poseeo un tesoro entregado en el mar.
Gracias, bella dama.
artus, es ud un pUeta :P
besos,que se los ha ganado!
Publicar un comentario