No se habla del empleo y la remuneración, sino de la vida. El trabajo es esfuerzo aplicado, es aquello a lo que nos dedicamos, aquello a lo cual consagramos nuestras energías para lograr algo. En este sentido fundamental, el trabajo no es la tarea con la cual nos ganamos la vida sino aquella que hacemos de nuestra vida.
Lo opuesto del trabajo no es el ocio, el juego o la diversión, sino la pereza, el hecho de no invertir nuestras aptitudes. Las actividades ociosas, el juego y la diversión pueden implicar una genuina inversión en vez de ser una pérdida de tiempo.
En sí, queremos que los jóvenes (porqué no, también nosotros) florezcan, que vivan bien y prosperen, que sean felices. La felicidad – como señala Aristóteles – reside en la actividad, tanto física, como mental; reside en hacer cosas de las que uno pueda enorgullecerse y por lo tanto disfrute haciendo. Es un error identificar el placer con la mera diversión, la relajación o el entretenimiento. Las mayores alegrías de la vida no son las que se apartan de nuestro trabajo, sino las que se avienen con dicho trabajo. Perderse dicha alegría, de la labor bien realizada, es perderse algo importante.
Todo puede hacerse bien o mal; puede hacerse alegremente y con orgullo, o a regañadientes y a disgusto. El modo de hacerlo depende de nosotros. Tal vez este sea el concepto más agudo (sagaz) que los antiguos romanos estoicos legaran a la humanidad. No hay tareas indignas, sólo actitudes indignas. Y la actitud depende de nosotros.
El trabajo - reitero - es esfuerzo aplicado, hacia cierto fin. El trabajo más satisfactorio supone dirigir nuestros esfuerzos hacia fines que consideramos como expresiones válidas de nuestro talento y carácter.
Reflexión al margen: entiendo que en los tiempos actuales es difícil hablar del trabajo como una virtud y darle real valía. Mas se deberá entender como una virtud donde las claves - una vez más - son la práctica y el ejemplo. La práctica en hacer varias cosas que requieren un nivel de esfuerzo y compromiso compatible con cierta inversión personal en la actividad, y el ejemplo de la propia vida.
Los adultos que trabajan con ahínco para proveer a sus hijos de lo que se requiere para tener una vida floreciente, se toman la educación en serio. El ayudar en las tareas domésticas, en el cuidado de los animales (mascotas) y otras actividades diarias; requieren aprendizaje. Los adultos mostraran a los jovenes cómo disfrutar de hacer las cosas que deben hacerse, trabajando con ellos, alentando y valorando sus esfuerzos, y - sobre todo - presentando un ejemplo jovial y concienzudo.
Lo opuesto del trabajo no es el ocio, el juego o la diversión, sino la pereza, el hecho de no invertir nuestras aptitudes. Las actividades ociosas, el juego y la diversión pueden implicar una genuina inversión en vez de ser una pérdida de tiempo.
En sí, queremos que los jóvenes (porqué no, también nosotros) florezcan, que vivan bien y prosperen, que sean felices. La felicidad – como señala Aristóteles – reside en la actividad, tanto física, como mental; reside en hacer cosas de las que uno pueda enorgullecerse y por lo tanto disfrute haciendo. Es un error identificar el placer con la mera diversión, la relajación o el entretenimiento. Las mayores alegrías de la vida no son las que se apartan de nuestro trabajo, sino las que se avienen con dicho trabajo. Perderse dicha alegría, de la labor bien realizada, es perderse algo importante.
Todo puede hacerse bien o mal; puede hacerse alegremente y con orgullo, o a regañadientes y a disgusto. El modo de hacerlo depende de nosotros. Tal vez este sea el concepto más agudo (sagaz) que los antiguos romanos estoicos legaran a la humanidad. No hay tareas indignas, sólo actitudes indignas. Y la actitud depende de nosotros.
El trabajo - reitero - es esfuerzo aplicado, hacia cierto fin. El trabajo más satisfactorio supone dirigir nuestros esfuerzos hacia fines que consideramos como expresiones válidas de nuestro talento y carácter.
Reflexión al margen: entiendo que en los tiempos actuales es difícil hablar del trabajo como una virtud y darle real valía. Mas se deberá entender como una virtud donde las claves - una vez más - son la práctica y el ejemplo. La práctica en hacer varias cosas que requieren un nivel de esfuerzo y compromiso compatible con cierta inversión personal en la actividad, y el ejemplo de la propia vida.
Los adultos que trabajan con ahínco para proveer a sus hijos de lo que se requiere para tener una vida floreciente, se toman la educación en serio. El ayudar en las tareas domésticas, en el cuidado de los animales (mascotas) y otras actividades diarias; requieren aprendizaje. Los adultos mostraran a los jovenes cómo disfrutar de hacer las cosas que deben hacerse, trabajando con ellos, alentando y valorando sus esfuerzos, y - sobre todo - presentando un ejemplo jovial y concienzudo.
- Resultados y rosas - Edgar Guest
El hombre que desea un jardín bello,
sea de pequeño o de gran tamaño,
cubierto de flores por doquier,
debe trabajar y arremangarse.
Hay muy pocas cosas en la tierra
que con sólo desearlas se consigan:
si anhelamos algo de valía
hay que trabajar para ganarlo.
No importa qué meta persigamos,
el simple secreto aquí radica:
excava semana tras semana
y obtendrás los resultados y las rosas.
sea de pequeño o de gran tamaño,
cubierto de flores por doquier,
debe trabajar y arremangarse.
Hay muy pocas cosas en la tierra
que con sólo desearlas se consigan:
si anhelamos algo de valía
hay que trabajar para ganarlo.
No importa qué meta persigamos,
el simple secreto aquí radica:
excava semana tras semana
y obtendrás los resultados y las rosas.
- El granjero y sus hijos - Esopo
Un granjero estaba a punto de morir y deseaba comunicar a sus hijos un importante secreto, los llamó y dijo:
- Hijos míos, moriré dentro de poco. Por tanto, sabed que en mi viñedo hay un tesoro oculto. Cavad y lo encontraréis.
En cuanto el padre murió, los hijos empuñaron azaada y rastrillo y removieron una y otra vez el terreno, en busca del tesoro que supuestamente estaba enterrado allí. No encontraron nada, pero las viñas, con la tierra tan removida, produjeron una cosecha como jamás se había visto.
No hay tesoro sin esfuerzo.
- Hijos míos, moriré dentro de poco. Por tanto, sabed que en mi viñedo hay un tesoro oculto. Cavad y lo encontraréis.
En cuanto el padre murió, los hijos empuñaron azaada y rastrillo y removieron una y otra vez el terreno, en busca del tesoro que supuestamente estaba enterrado allí. No encontraron nada, pero las viñas, con la tierra tan removida, produjeron una cosecha como jamás se había visto.
No hay tesoro sin esfuerzo.
- Verdadera nobleza - Edgar Guest
Quien hace su tarea día a día
y acoge a quien encuentra en el camino,
creyendo que es voluntad divina,
ha encontrado grandeza en este mundo.
Quien cuida su puesto, dondequiera,
creyendo que Dios lo necesita
aunque se trate de una faena tosca,
se ha elevado a la nobleza.
De lo grande y lo bajo hay una prueba:
si un hombre pone su mayor empeño,
y trabaja con brío y sin reservas
no morirá en deuda con el hombre.
Nota: Próximo post sobre las virtudes: coraje
Clave: El libro de la virtudes, William J. Bennett, Javier Vergara Editor S.A., 1995.
y acoge a quien encuentra en el camino,
creyendo que es voluntad divina,
ha encontrado grandeza en este mundo.
Quien cuida su puesto, dondequiera,
creyendo que Dios lo necesita
aunque se trate de una faena tosca,
se ha elevado a la nobleza.
De lo grande y lo bajo hay una prueba:
si un hombre pone su mayor empeño,
y trabaja con brío y sin reservas
no morirá en deuda con el hombre.
Nota: Próximo post sobre las virtudes: coraje
Clave: El libro de la virtudes, William J. Bennett, Javier Vergara Editor S.A., 1995.
10 comentarios:
Artus: creo que me identifico mucho con la frase no hay trabajo indigno, solo actitudes indignas. durante mis años de trabajo en Mc todo el mundo cuestionaba mi permanencia en ese lugar, diciéndome que merecía otra cosa. yo, permanecía por múltiples razones, pero una en particular era la falta de otros trabajos que suponieran las ventajas que me daba trabajar ahi. tiempo después caí en la cuenta que las personas que me lo decían, no habían trabajado nunca ni se habían visto en la necesidad de hacerlo.
nunca denigré mi trabajo en Mc, es más, lo hice lo mejor posible. creo que una se engrandece cuando hace el trabajo que debe realizar de la mejor manera posible. sea cual fuera.
enseñar el valor del trabajo y la alegría que supone una labor bien ejecutada y realizada es el mejor bien que me han legado mis padres. entender el valor del trabajo de otras personas y el deber de tratarlas con respeto, es mi mejor aprendizaje.
saludos
Digamos que todo en nuestra vida podemos hacerlo bien o mal y hasta es muy probable que nos sea mucho màs simple hacerlo mal,la diferencia radica en las para nada simples consecuencias...
P.D.:Sinceramente se me hace complicadito ver al trabajo como una virtud cuando,en mi caso desde hace un tiempo por màs onda que le ponga muchas de mis labores las realizo por inercia...
Soy consciente que podrè sonar entre ambigua y soberbia pero considero que el "precio" que vale mi trabajo lo devaluò un estado de confianza que hoy por hoy de nada me sirve,porque serà muy lindo que confien en uno (mucho màs despuès de 12 años en la misma empresa),pero a fin de mes no veo una suma aunque màs no sea digna por algo que personalmente no tiene precio...
Y buè,hoy tenemos un dìa un tanto DEScreìdo,viò??
jajajjajjaajjaj
TE DEJO BESITUS
Talita
Cuando escribí el post y llegué al tema de trabajo digno, pensé en Ud., pues ya habíamos intercambiado ideas al respecto. No hay más q' decir; es así.
He de reconocer q' sus Padres han hecho bien, enseñaron con la palabra y ejemplos prácticos. Recuerdo sus post de legados en su sangre.
Mis saúdos, antropófaga :)
GABU
Entiendo tu punto. Sólo es un hecho, el NO olvidar. Capaz q' debería cambiar el término virtud, por valor; pero aun así en estos tiempos habrá alguien q' trate de bastardear lo q' hacemos, o no darle su real valía. Aún así, siempre pienso q' no debo cejar y seguir dando lo mejor, a pesar de "ellos"...
BESUGUS, para Vos :)
excelente tu post, me puso a pensar en cosas que normalmente doy por sentadas.
nada vale sin esfuerzo y si bien como vos decís es difícil hablar del trabajo como una virtud, adhiero al concepto de la práctica y el ejemplo.
imperdible lo de esopo, jamás pierde vigencia
beso
Yo siempre vivi una vida mas bien comoda, no por la cantidad de dinero sino pq pase de soltera con mama y papa a casada. Ahora q me separe valoro todo mucho mas y me esfuerzo por estudiar y laburar, cosa q no hice cuando tenia 20 años menos. No cambio mi vida actual por nada. Y si me encamoro nuevamente seguire haciendo la misma q hoy.
Un lujo el post...Gracias!
Vir
Esopo siempre viene bien, recuerdos de niñez :) Beso
Irene
No hay por qué :)
Sí te ha servido de algo la reflexión, bienvenida. Me imagino q' tu vida actual tiene como base la anterior, y ambas - pasada y actual- tienen su valor...
Beso
Ojalá muchos percibieran el placer que causa obtener algo gracias al esfuerzo. Los medios (en general) les dicen a las nuevas generaciones que todo sucede rápido, que es efímero y que es cuestión de suerte. Y ellos se lo creen, por supuesto.
Encontrar a Aristóteles por ahí siempre es grato.
saludos
Mire como será el tema del trabajo, que hasta soñar lo es.
después de todo los soñadores les dieron ideas a los prácticos.
Muy bello el post, Artus.
Besos
Bustrofedonia
Bienvenida. Es como decís, nomás. Deberemos(?) saturar sus cabezas con la idea opuesta a la emitida por los medios.
Sí, Aristóteles y otros filósofos siempre nos marcan líneas de pensamientos. Gracias por ello.
Saúdos
Berenice
Gracias por el pensamiento de los sueños...
Besos, milady
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